En el día más especial de su vida, no sólo son ellas y sus flamantes maridos quienes reciben bendiciones y buenos augurios. Muchas novias judías, en su casamiento, comparten brajot con sus allegados, ¿por qué lo hacen? ¿Cómo es esta costumbre? La costumbre de “dar brajot” (bendiciones) plagadas de buenos deseos, que a veces se dicen a otras mujeres y, en otros casos, a todos los asistentes, es una tradición ligada a la ortodoxia, aunque podemos también verla en algunas bodas de otras corrientes religiosas.
Si alguna vez fuiste a un casamiento ortodoxo, habrás visto que la novia, exultante, feliz, comparte su felicidad acercándose a algunos invitados y diciéndole en voz baja sus deseos: que Di’s los acompañe en todo lo que emprendan, que tengan siempre salud y brajá en sus hogares, o lo que ellas deseen compartir desde sus corazones. Y no olvidemos las más esperadas entre sus amigas solteras: el deseo de que pronto estén en su lugar, bajo la jupá y también para las que deseen ser madres la pronta llegada de un hijo con salud, entre otras brajot.
Hay otras costumbres, además de los deseos verbales, que acompañan este mismo significado. En algunas bodas, las novias, durante el baile, arrojan caramelos a otras mujeres. Al igual que en las ceremonias de bnei mitzvá, los caramelos simbolizan un augurio de dulzura. Sin embargo, el mecanismo es el inverso: aquí es la homenajeada quien tira los caramelos, en cambio, los invitados son quienes arrojan caramelos a un bar o a una bat mitzvá.
Pero, ¿por qué lo hacen? ¿Por qué se les confiere este rol a las novias? Podríamos encontrarle un significado simbólico si pensamos en que a la novia siempre se la equipara a una reina o a un ángel.
Los novios, el día de su boda, aumentan su kedushá, su cercanía a Di’s. Nuestras fuentes dicen que cuando una pareja decide casarse, establece un vínculo que tiene tres partes: entre ellos dos y entre la pareja y Di’s. Cuando dos personas desean formar un hogar judío, la Shejiná (la presencia Divina, único atributo de Di’s de carácter femenino) se instala entre ellos y en su casa.
Esta conexión espiritual tan especial es la que hace que los allegados a la novia deseen recibir brajot de su parte, en especial sus amigas. Por eso, si cuando te cases deseás hacerlo, no dudes en formar parte de esta costumbre hermosa. Y si una novia que querés mucho te susurra una brajá al oído, atesorala con cariño y… quiera Di’s cumplirla y llenarte de felicidad, ¡al igual que a esta radiante novia!
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