En los últimos tiempos, muchas figuras públicas e instituciones han puesto en tela de juicio la práctica de la circuncisión. No siempre el cuestionamiento del brit milá se hace por antisemitismo, sino, a veces, por ignorancia o, simplemente, en busca de una filosofía naturalista que busca preservar el cuerpo tal como ha nacido. Sin embargo, hay una falacia en este tipo de críticas, cuando se señala que el brit milá es una mutilación. El prepucio no cuenta con otra función que la de recubrir el glande. Es un tejido cutáneo, no un órgano que cuente con una funcionalidad específica.
Su extracción no generará ningún tipo de disfunción en la vida sexual adulta de cada hombre, ni tampoco infecciones o enfermedades, por el contrario, la medicina ha descubierto que la circuncisión ayuda a prevenirlas.
Por lo tanto, a los motivos religiosos, se le suman las ventajas médicas, y es mucho más recomendable realizar esta práctica en los primeros días o meses de vida, cuando se trata de un procedimiento menor y, prácticamente, indoloro, que en la adultez, cuando se debe realizar en quirófano y con mayores cuidados.
Son tales los beneficios que la circuncisión no sólo se realiza como parte del brit milá, por motivos religiosos, sino que, fuera de la comunidad judía, algunos neonatólogos recomiendan circuncidar a los recién nacidos por prevención médica.
¿Por qué se dice que la circuncisión reduce el contagio de enfermedades de transmisión sexual? Esto se debe a que debajo de los tejidos del prepucio se acumulan fluidos que facilitan la transmisión de diversos virus, por lo cual la circuncisión es más higiénica, a pesar de que es importante recalcar que no previene por completo el contagio de enfermedades.
En primer lugar, la Organización Mundial de la Salud considera que la circuncisión disminuye en un 60% el riesgo de contraer HIV (es importante resaltar que, aún así, se deben tomar los mismos recaudos que en cualquier caso, sin abandonar el uso del preservativo, ya que el riesgo, aunque menor, está aún presente) e, incluso, en los países en donde el virus del SIDA es una pandemia, la OMS ha recomendado la circuncisión neonatal como método preventivo.
La circuncisión también reduce el riesgo de contagio del VPH o virus del papiloma humano, que, al ser contagiado a una pareja femenina, es uno de los principales factores desencadenantes del cáncer de útero.
A su vez, tanto por la menor acumulación de fluidos como por la prevención en la contracción de virus, se ha probado que entre los hombres circuncisos hay menor incidencia de casos de cáncer de pene y de próstata.
Científicamente, por lo tanto, el brit milá no sólo no es una mutilación ni “una práctica arcaica”, como argumentan sus detractores, sino que conlleva numerosos beneficios que mejorarán la salud y la calidad de vida del varón.
A los motivos religiosos y espirituales, se le suman los beneficios mencionados, que también deben ser puestos en la balanza a la hora de tomar la decisión de circuncidar a un bebé.
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