En una ceremonia de casamiento, como en todo rito milenario, muchas acciones están preestablecidas. Los novios judíos deberán casarse bajo la jupá, manto que simboliza el nuevo hogar que formarán y tendrán una ubicación determinada para pararse durante la ceremonia nupcial. La tradición judía indica que la novia debe ubicarse a la derecha de su futuro marido. Tal vez, ya ensayaste tu boda o concurriste a muchas otras y sabés que la posición de los novios está dispuesta así, pero, ¿te preguntaste, alguna vez, por qué?
Una de las explicaciones que nuestros sabios encuentran nos remite al libro de Tehilim (Salmos) 45:10, donde leemos “a tu derecha, de pie, está la reina, enjoyada con oro de Ofir”. Este salmo, atribuido al Rey David, fue relacionado con la posición de la novia en la jupá, ya que los novios son comparados frecuentemente, en nuestras fuentes, con reyes.
En nuestra tradición, la figura de la novia suele utilizarse como sinónimo de reina y viceversa. Ambas se utilizan indistintamente, por ejemplo, como alegoría del Shabat.
El salmo esconde otra sorprendente señal. Si tomamos la última letra de cada una de las palabras finales, se forma “kalá”, novia.
Ahora, cuando llegue el momento de pararte a la derecha de tu futuro marido, bajo la jupá, ya sabrás por qué te ubicás allí. Después de todo, seguramente alguien, aún desconociendo este rito, te lo habrá dicho “¡el día de tu boda vas a ser una reina!”.
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