Esta tradición antigua, en los últimos años, se ha vuelto a poner de moda. Propia de la realeza e imitada hoy en todo tipo de casamientos, te contamos cómo es y cómo surgió este ritual que enternece a todos. Primero, aclaremos que se suele hablar de “cortejo” comúnmente para denominar a los niños que anteceden a los novios, llevando los anillos o flores, pero, técnicamente, el cortejo nupcial es toda la “comitiva” que ingresa en el templo: los novios, sus padrinos e, incluso, si hubiera, las damas de honor.
Sin embargo, generalmente, nos referimos a los chicos como cortejo. En otros países, se les llama “pajecitos” a los nenes y “damitas” a las nenas. En inglés, los nombres son más descriptivos en base a sus funciones. En los países anglosajones, se acostumbra a que un nene lleve los anillos y una nena sea quien arroje flores, y se los llama “ring bearer” (el portador de los anillos) y “flower girl” (la nena de las flores).
La tradición se originó en el Medioevo, cuando los vestidos de novia eran realmente pesados, muy armados. Los niños de la familia (hermanitos, sobrinos, primos) ayudaban a las princesas a vestirse, adornarse y a acomodar y mover el vestido en su camino, llevando el velo, de gran extensión.
Con el tiempo, esta función fue cambiando. Los niños, luego, arrojaban pétalos y arroz (algo que hoy también arrojan los adultos) Actualmente, la función de los chicos del cortejo es llevar los anillos, arrojar pétalos de flores, que auguran fertilidad o, simplemente, escoltar a los novios. Su presencia añade un toque de dulzura y de frescura a la ceremonia.
¿Querés recibir asesoramiento personalizado GRATIS para tu fiesta?
¡Hacé Click Aquí!
|