El Jazán, o cantante litúrgico, es quien, con su voz, armoniosa y resonante, eleva las tefilot (plegarias) en nombre de la comunidad. Pero, ¿qué conocemos acerca de su rol en el templo y de sus funciones? ¿Quién puede ejercer este oficio y en qué consiste? El origen de esta función se remonta a la época del Beit Hamikdash (el Gran Templo), cuando los Jazanim colaboraban con los Kohanim (sacerdotes). Hoy, su rol tiene algunas similitudes, ya que no sólo ofrecen su voz, sino que también asisten la función del Rabino. Incluso, algunas comunidades más pequeñas, sólo cuentan con un Jazán, que debe cumplir con ambos roles.
En el siglo XIX el rol del Jazan fue revalorizado y surgieron grandes Jazanim que fueron también compositores de melodías litúrgicas, práctica que también se extiende en la actualidad. Muchas de las melodías que hoy entonamos en el templo fueron compuestas por renombrados Jazanim y Jazaniot.
En el Movimiento Conservador, tanto hombres como mujeres pueden ser Jazanim (el plural de la palabra Jazan). El femenino de Jazan es Jazanit (y su plural, Jazaniot). Profesionalmente, se forman en el Seminario Rabínico Latinoamericano.
En la Ortodoxia, la formación de los Jazanim está más ligada a las comunidades y yeshivot y restringida sólo a los hombres.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los Jazanim cuenta con formación profesional y suele ser lo más buscado y óptimo, halájicamente (según la ley judía), cualquiera que conozca las tefilot, sea un judío de bien y cuente con una voz agradable puede cumplir con este rol.
El Jazán es quien reza en voz alta y canta las tefilot, guiando a la congregación, por ello se lo denomina “Baal Tefilá” (“dueño” o “amo” de la tefilá).
Es quien “representa” a la comunidad ante Di’s, ya que su voz “llega más alto”, aunque no se considera que su plegaria tenga más valor que la de todos, sino que todas las tefilot, de todos los judíos, tienen el mismo valor: el Jazán sólo ayuda a guiarlas y a “elevarlas”.
Actualmente, al no estar tan difundido el hebreo en las congregaciones, su rol para llevar adelante las oraciones es aún más importante.
A su vez, la función del Jazán no se limita a los servicios regulares de Shabat y de festividades. Es el encargado de cantar en ceremonias de casamientos, bnei mitzvá y en funerales.
En algunas comunidades, puede cumplir el rol de director coral, director musical y moré (profesor o maestro) de música en la escuela. Es también, generalmente, quien enseña las melodías y canciones a los chicos que se preparan para su ceremonia de bar o bat mitzvá.
El rol del Jazán va mucho más allá de tener una bella voz. Como hemos visto, sus responsabilidades y honores exceden a lo musical, es una profesión y un oficio milenario, cuya función es primordial en la vida comunitaria.
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