¡Amiga! ¿Cómo van tus cosas?
Yo acá contenta, porque David, mi marido, me está contando que, al final, sus amigos Maia y Ariel se casan, ¡casi se cancela todo!
Resulta que a Ariel se le ocurrió invitar a su ex al casamiento. Tenían buen trato y, a su vez, la chica es hija de una amiga de la madre… ¡él no veía el problema! Como a Maia le molestó que estuviera en la boda, finalmente (gritos, llantos y “no me caso” de por medio), la chica en cuestión no va. Y yo me quedé pensando… ¿qué pasa con el tema de los ex en los casamientos? ¡Tenía que ayudarte a vos, por si te pasa!
Entonces, me asesoré preguntándoles a todas las amigas que pasaron por situaciones así y junté varios consejos:
- Primordial: ¿qué siente tu pareja? Por más que él lo conozca y sepa que aún son amigos, no es lo mismo ver el día de tu boda a quien fue pareja de la persona con la que te estás casando. Hablenlo. Pedile sinceridad. Tal vez, en una actitud muy madura, realmente no le preocupa. Si le podría doler o incomodar, no lo invites, ¿o acaso quién es el importante acá?
- ¿Qué sentís vos? Entre nosotras, amiga, y no le cuento a nadie… ¿quedó algo, aunque sea mínimo, que sientas por él? No te sientas culpable si estás bien segura de tus sentimientos, pero algo de “cenizas quedan”. Si quedó un poco de atracción … mejor no lo invites. Que nada nuble tu gran día.
- ¿Y tu ex? Además de saber que invitarlo no genera un problema emocional en vos o en tu futuro marido, tenés que pensar en sus sentimientos, ¿va a venir a ver la boda de una amiga, o va a ver cómo una mujer que todavía quiere se casa con otro? Si sospechás que podría todavía quererte, evitale el mal momento.
- ¿Qué pasa si hay hijos en común?… muchos creen que, si tienen chicos en común, hay que invitar al ex. Para mí –y para mis amigas que tuvieron esta situación y me aconsejaron- no es así. Pensá en las tres cosas que te dije antes y juzgá en base a eso. Si te preocupa con quién van a estar los chicos, perdón ¿no va a estar tu familia ahí, o sea, sus tíos, abuelos…vos misma?
- Invitalos acompañados. Si se van a decidir a invitar a los ex, porque no hay susceptibilidades de por medio, igual hay que cuidar algunas cosas. Primero, esta persona se va a sentir más cómoda si la invitan acompañada. No importa que no esté en pareja, pongan dos tarjetas y de última vendrá con un amigo o amiga, con quien quiera… pero la situación es menos “violenta” así.
- Otras situaciones incómodas a evitar. Traten de no bailar mucho con sus ex (por más amigos que sean, ¡la gente habla!), excepto el vals de rigor, y no los presenten como “mi ex” (¡horrible!), sino como amigos, por sus nombres o, si lo son, “el papá/la mamá de los chicos”. Intenten sentarlos con “gente neutral”, no con familiares o amigos a quienes no les caiga bien que estén ahí o que hayan cuestionado la decisión. No obliguen a ir al centro de la pista a la ex de él a atrapar el ramo o a tirar de las cintitas. Nada sería más humillante para la pobre chica que sacarse el ramo de mano de la mujer que se casa con su ex…
Como ves, es un tema muy delicado y muy particular en cada pareja… no va a ser igual en todos, no hay fórmulas ni respuestas. Lo que te puedo decir, que es lo que te dije todo el tiempo es que hablen, hablen y hablen… y sólo inviten a sus ex cuando estén muy seguros de no herir los sentimientos de nadie.
¡Suerte con ese tema!
Besos,
Judy
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