Todas las novias cargamos con alguna historia familar que dista de ser ideal, que nos genera conflicto interno y externo, que nos pone tristes o estresan. Es que hoy en día las tradiciones cambiaron, las familias cambiaron y son muchos los motivos (válidos) que pueden llevarlos, a vos y a tu futuro marido, a tomar la decisión de no compartir la mesa principal. Veamos cada una de los posibles escenarios familiares:
- Padres separados: es un caso súper típico (lamentablemente). Si es el tuyo, dependerá de los términos en que se hayan separado tus “viejos” o tus suegros. Si "está todo mal" deben evaluar con tu chico si no es mejor sentarlos "lo más alejados posible" o sino pueden pedirles que aprendan a convivir un rato y no les arruinen su casorio con roces o caras de "tujes".
- Padres separados con nuevas parejas: puede ser tu caso que tus suegros se separaron y él está en pareja, mientras que ella aún llora por los rincones soñando con volver algún día… o tal vez tus padres se divorciaron pero ahora se llevan mejor que cuando convivian o que formaron nuevas parejas y les piden que las incluyan en la mesa principal… entonces no les queda otra que definir qué hacer con semejante carga.
- Consuegros que no se bancan: Ya te aconsejé al respecto en la nota “Los tuyos y los míos no se ponen de acuerdo”. Imaginate que si durante los preparativos de la boda es un caos poder coincidir al tomar decisiones, tienen motivos "de sobra" para pensar que si ustedes no se quedan pegados a la silla durante las comidas, los consuegros no podrán compartir la mesa sin tirarse el centro de mesa por la cabeza.
- Falta de alguno de los papás: ¡Jamse! Ojalá que este no sea su caso. Lamentablemente hay muchas parejas que les toca vivir esta dura situación y sienten que los entristecerá por demás “la silla vacía”, que duele cada día pero que con la emoción de la boda se hace más sensible.
- Espacio físico reducido: si la fiesta es en un salón con poco espacio y la mesa principal para seis ocupa demasiado espacio deberán evaluar cómo resolverlo.
- Elección personal: si ustedes prefieren sentarse solos, porque es la tendencia actual o porque piensan que será poco el tiempo que pasarán en la mesa, será también motivo para tantear en pareja si sentarse en pareja o acompañados. Voy por más, tal vez ustedes prefieren sentarse con sus hermanos o mejores amigos.
Bueno amiga, ya vimos los posibles escenarios que te pueden tocar atravesar. Lo que resulta imprescindible es que hagan lo que realmente ustedes sientan. ¡Ojo! cuando digo "ustedes" me refiero a vos y a tu futuro marido.
Si deciden sentarse solos, no se dejen influenciar por sus madres que les llorarán que era su sueño compartir la mesa con ustedes o por tu padre que te rogará que no los sientes "con la bruja de tu suegra". Eso sí, si les da lo mismo, escuchen también el deseo de sus padres, es un mimo para ellos y sino expliquenles con amor el por qué.
Lo cierto es que en todas las experiencias que conozco, no hay una fórmula o ciencia exacta que indique que ante tal escenario se debe tomar “x” decisión. Ahora te pregunto: en tu mesa principal estarán ¿solos o acompañados?
¡Hasta la próxima!
Judith
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