¡Amiga! ¿Cómo vas con esos preparativos?
Hoy te voy a hablar de un tema que, seguramente, ronde en tu cabeza. Quizá te preguntes qué hacer con la noche de bodas o habrás escuchado comentarios distintos de algunas amigas… ¿querés conocer mi opinión y mi experiencia? Hace algunas décadas, cuando la mayoría de las parejas no había tenido intimidad antes de casarse, por más cansados que estuvieran, le daban muchísima importancia a la noche de bodas.
Era el momento de conocerse, de la primera vez, de “consumar el matrimonio”, como dirían las señoras grandes o como, incluso, dice la legislación (¡en serio!).
Hoy, la inmensa mayoría de las parejas “se conoce” previamente, comparten una historia previa de intimidad y quizás sientan -¿te pasa?- que la noche de bodas no sea un momento tan importante.
Tal vez piensen que sí lo es, pero que, con el cansancio y el stress de la fiesta, sólo van a llegar, tirarse en la cama y quedarse automáticamente dormidos, en especial, si se casan de noche y llegan al hotel a las 7 de la mañana.
Entonces, surgen distintos interrogantes ¿Vale la pena contratar un hotel, o nos vamos a casa? (si ya viven juntos) ¿Es necesario invertir en un “ajuar de novia”? ¿Va a pasar algo en la noche de bodas, dicen la verdad mis amigas que cuentan que sí “tuvieron noche de bodas”?
Yo te diría que esta última respuesta depende de cada pareja… puede que lleguen en un plan muy romántico (de eso, no hay dudas, tal vez estén cansados y “no pase nada”, pero enamoradísimos van a estar siempre), apasionado, con energías y que la magia suceda. Tal vez no, pero no tenés que angustiarte si es así.
El ajuar, estrenar lencería, es algo muy lindo. Él se va a maravillar (te lo juro) cuando te vea vestida de novia. Después, qué mejor que sorprenderlo vestida de otra forma, en otro plano.
Comprate también algunas cositas para la luna de miel. Dale importancia a este momento: no será “la primera vez”, pero es la primera como marido y mujer, ¿te parece poco relevante?
¿Querés saber qué pienso sobre contratar un hotel? ¡Definitivamente, te digo que SÍ! ¿No escuchaste hablar del “late check out”?
Tal vez no tengas “noche de bodas”, pero sí “mañana de bodas”… el paquete de noche de bodas incluye un check out entre las 4 y 6 de la tarde (dependiendo de cada hotel). Pueden llegar, descansar y disfrutar de estar juntos al día siguiente (bueno, ¡es el mismo día!)
Además, estar en el hotel es una forma de no “bajar a la tierra” apenas termina la fiesta, es extender esa magia, en lugar de llegar a casa y volver a la “vida real” tan de repente.
Ni hablar de las prestaciones extra. El hotel no solamente les va a servir para compartir su primera vez como marido y mujer, sino para relajarse ¿Hay un bien más preciado que el relax, después de todas las corridas y nervios de la boda?
Aprovechen el spa, la pileta (llevá una malla en el bolsito), todas las “amenidades” del hotel. Necesitan todo eso, más aún si, para la Luna de Miel, los espera un vuelo largo.
En definitiva, aunque no sepan si va a “pasar algo” cuando lleguen, reservar un hotel no es “de otros tiempos”.
Yo, te confieso, ni me saqué el maquillaje, quedé automáticamente planchada, pero te aseguro que la “mañana de bodas” fue inolvidable. Y sí, también nos dejamos mimar en el spa. Algunas amigas me decían que contratar el hotel era tirar la plata, pero no saben lo que se perdieron.
¡Que tengan una noche de bodas mágica, planificala y ponele todas las pilas!
Besos,
Judith
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