En este espacio siempre comparto con vos mis experiencias como Bar Mitzvá Planner, ayudándote a hacer sencilla la difícil tarea de organizar el Bar/t de tu hij@. Pero esta vez quiero hablarte, sobre todo, como mamá.
Te cuento que el finde pasado fui al Bar de Ariel (el mejor amigo de mi hijo) y, a mí entender, confundieron gravemente el espacio que debe tener la familia, tanto durante los preparativos como en las ceremonias y la fiesta.
Como los abuelos de "Ari" costearon todos los gastos, fueron quienes hicieron todas las elecciones: fecha, templo, salón, vestimenta, catering, foto & video, etc. Además, con tantos invitados "de compromiso" de los padres, Ari tuvo que dejar "afuera" a sus amigos del instituto de inglés
En el Templo, los hermanos leyeron y cantaron el 80 por ciento de las partes que le tocaban a Ari, "para evitar los celos de los hermanitos" y para que "no arruinara la ceremonia con su voz de gallo en pleno desarrollo", según su mamá ¡Te aseguro que si no lo veía paradito en el púlpito me olvidaba que el Bar era de él!
Para hacértela corta, en la fiesta, cuan "okupas", tíos, abuelos, padrinos y por supuesto los padres hicieron videos protagonizados por ellos, discursos interminables, un poema recitado por la madre -que contaba intimidades familiares-, coreos "impresentables" de las primitas, canciones de los hermanos ¡que Ari miraba como espectador desde su silla!, ubicada en el centro de la mesa principal (al menos eso).
Lo que me terminó sacando es que ¡ni siquiera pudo redactar los textos de las velas! se notaba a leguas que jamás un chico de 13 años escribiría de ese modo.
¡Te prometo que no exageré en nada!
Quiero decirte que, sin embargo, siento que la familia de Ari actuó erróneamente pero desde el afecto. Es cierto que hay decisiones que los adultos deben tomar, pero si los abuelos hubieran presentado opciones durante los preparativos en lugar de imponer, si la familia hubiera participado sólo en algunas partes de la ceremonia y homenajes durante el festejo y si sobre todo si hubieran dejado espacio para que Ari pudiera mostrarse tal cual es, las cosas serían diferentes.
Por eso, tené presente la importancia de cuidar el rol protagónico de tu hij@ en su Bar/t. La familia ocupa un papel muy importante, de acompañamiento, afecto y contención. Pero es imprescindible dar espacio a preguntar al Bar/t que es el lo que sueña para ese día tan especial, darle la confianza que necesita para oficiar por primera vez en el Templo, estar a su lado en el púlpito en los espacios reservados para la familia, prepararle sorpresas para la fiesta (que sepamos que le gustarán y no lo avergüencen).
En el Bar Mitzvá es nuestro hij@ quien asume la religión y comienza su vida como adulto… ¡confiemos en ellos y dejémoslos crecer! ¡No nos comportemos nosotras como niñas!
Besos,
Vanesa
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