Aunque en la actualidad sólo las novias más tradicionales lo utilizan, el velo es uno de los accesorios que representa y caracteriza a la novia.
Dependiendo del momento histórico y del lugar a donde tenga lugar la boda varía su significado. Nosotros te lo contamos y, tal vez, decidas llevarlo puesto en tu gran día. El velo, en Medio Oriente, se utilizaba para ocultar la cara de la novia, ya que la pareja no se conocía hasta el día de la boda. Aún si se habían visto previamente, la mujer debía casarse con el rostro cubierto.
En la tradición judía, la Torá menciona que cuando Rivka fue al encuentro del patriarca Itzjak, para consumar su matrimonio con él, cubrió su rostro. También Iaakov, hijo de esta pareja, fue engañado por medio de un velo, ya que, sin saberlo, se casó con Leah, hermana de Rajel, quien era su verdadero amor.
En la historia de Iaakov se basa una tradición practicada, principalmente, en las ceremonias ortodoxas, en la que el novio descubre la cara de su futura esposa, para ver que sea realmente quien él ha elegido.
Para los romanos, el velo tenía un significado diferente. Era popular creer que los malos espíritus acechaban a las novias. Por eso, este manto era un elemento de protección ante la amenaza, y también ante la envidia y el mal de ojo de otras mujeres.
En la Edad Media, en Inglaterra, el velo se comenzó a usar como símbolo de inocencia y de virginidad. No era aún un velo blanco, sino de colores fuertes.
Actualmente, no todas las novias eligen utilizar el velo, sino que optan por llevar sólo cola o bien un bonito peinado sin estos clásicos accesorios.
Será tu elección continuar con la tradición de llevar puesto el velo, dependiendo de tu personalidad y gusto. Lo cierto es que de cualquier modo ¡serás la princesa del cuento!.
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