¡Hola!
¿Cómo estás?
Hoy quiero hablarte de un conflicto muy común que podés tener antes de casarte. Cuando preparaba mi boda con David, mi mejor amiga empezó a demostrar celos. Yo me preguntaba, “¿si es mi amiga y me quiere de verdad, por qué se comporta así?”
Tal vez ya estés escuchando frases como “si Daniel y yo tuviéramos un mejor trabajo o más ayuda de nuestras familias, también nos casaríamos, pero viste, no todos tienen suerte”, o te cambien de tema cuando hablás de la boda. Malas noticias: esa amiga está celosa. Pero relax… celosa no siempre quiere decir envidiosa. Tampoco significa que no te quiere o no se pone contenta por vos. Simplemente, el casamiento de una amiga a muchas chicas les dispara la pregunta “¿y a mí cuándo me toca?”
Si alguna de tus hermanas del alma está pasando por eso, dejame que te aconseje para que sumar un marido no signifique restar una amiga:
- Ponete en su lugar. Es lo primero para conciliar cualquier diferencia. Tratá de entenderla ¿Alguna amiga se casó antes que vos? ¿Cómo te sentiste? Lo que le pasa no es contra vos… aunque no lo creas, es contra ella. Se siente “menos”, porque desea lo mismo y eso se traduce en celos.
- Hablalo. Siéntense solas en un café y encarala. Por las buenas, no la acuses, sino que intentá ahora que sea ella quien se ponga en tu lugar. Recalcale cuán importante es para vos que ella te acompañe en este momento y que comparta tu felicidad.
- No dejes pasar el tiempo. No ignores este comportamiento, pensando que se le va a pasar. A lo largo de los meses, cuanto más cerca estés de la boda, más estresada vas a estar vos y más celosa ella. Corren riesgo de pelearse y de herirse. No lo permitas, no pierdas a tu amiga cuando más la necesitás.
- Reconfortala. Hablen y preguntale por qué está celosa. Si lo reconoce, vean que no tiene motivos para sentirse así. Hacele notar que la vida no es una carrera, y que si vos te casás a los 28 y ella a los 35, eso no significa que su vida sea peor. Todo llega a su tiempo y, cuando sea el momento de ella, vos también vas a estar al pie del cañón para ayudarla.
- Pedile ayuda, hacela protagonista. Más aún si se trata de tu mejor amiga: ella no puede ser una invitada más. Dejá que te acompañe a elegir algunas cosas, en especial, esas elecciones femeninas con las que tu novio no quiere saber nada: souvenirs, arreglos florales, ambientación… y aprovechen también para regalarse un día de spa, hacerse masajes, limpieza de cutis, probarse peinados y maquillaje… entre amigas.
- No te vuelvas monotemática. Las novias vivimos un año entero en un mundo de fantasía, es inevitable. Pero acordate de que el único tema de conversación no puede ser tu boda y tené en mente que ella también tiene una vida. No seas el ombligo del mundo.
- Mostrate cerca. Tal vez sus celos no son por la boda en sí, sino por pensar que, una vez que te cases, vas a tener menos tiempo para compartir entre amigas. Demostrale que no es así, pasá tiempo con ella y hacele saber cuán importante es en tu vida.
Hablen con confianza, por algo son amigas y pueden decirse todo. No la culpes por estar celosa, tal vez vos también estuviste en esa posición. No se lastimen ni digan cosas de las que pueden arrepentirse.
¡Haceme caso y tu amiga va a pasar de celosa a cómplice! ¡En el fondo, más allá de los celos, creeme que ella está feliz por ustedes!
Un besote y hasta la próxima,
Juju
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