Estás en pleno preparativo de tu boda y llevás sobre tu espalda tu propia carga emocional, tu propio humor, tus propias preocupaciones y ocupaciones como para que aparezcan tus padres y tus suegros a romperte… la paciencia. ¡Que tema amiga!
Ya superaste el enojo que te provocaba que tu novio se excuse de no participar en los preparativos con un tierno: “Mi vida, todo lo que elijas va a estar bien para mi”
Te sentís aturdida, confundida, indecisa, entre la infinidad de opciones que se te presentan. O por el contrario me imagino que podés tener clarísimo lo que querés para tu boda y cómo realizarlo.
Pero… ¡Uf! ,¡parecería que hay que pasar por un alto tribunal de jueces precedido por tu madre y tu suegra para cada elección sea importantísima o insignificante! Según “SU” punto de vista, sin importar lo que opinen VOS y TU NOVIO, claro…como ELLAS ya pasaron por esta situación CREEN poder darles cátedra o lo que es peor, ¡te atemoriza que se adueñen de TU boda!.
Sin lugar a dudas lidiar con las opiniones ajenas, es una de las tareas más difíciles que te tocarán atravesar en tu boda. Más si se trata de tus papás y de tus suegros.
¡Tranqui, no te estreses!, no hace falta que cuentes hasta diez, respires profundo y asistas a toda clase de yoga que se te presente para evitar ser victima de la ira.
Acá estoy para brindarte unos tips, consejitos piolas, que te ayudarán a salir airosa y hasta disfrutar de los preparativos del “gran evento gran”. Algunos de ellos son experiencia de mi casamiento con el divino de David.
Querida amiga: la clave para no naufragar en el intento de lidiar con las opiniones de padres y suegros se resume en dos palabras que deberás recordar: ¡SE ASERTIVA!
- Está claro que sos la novia, la gran estrella de la boda (bueno, compartís el protagonismo con tu novio). Tené en cuenta que lo más, más, más, más importantes es que entre ustedes dos armen el casamiento que sueñan y que esté a su alcance realizar. ¡Pensá que sólo sucede una vez! (al menos te deseo eso). Dicho esto te digo que es importante que tengan en cuenta que sus padres sueñan con el día en que sus hijos se casen y están también involucrados sus sentimientos y posiblemente su economía.
- Hablando de dinero sepan que si aceptan el dinero que les ofrecen sus papás, abrirán el juego a la posibilidad de que llenen su fiesta de invitados que ustedes no conocen y crean que sacaron un abono para tener voz y voto en absolutamente TODO. Entonces, dejen en claro desde un comienzo que su aporte económico es valiosísimo, pero coméntenles el tipo de boda que desean realizar y cuántas personas podrán invitar al evento.
- Algo muy importante, denles a sus padres alguna tarea que les haga sentir que realmente están involucrados en los preparativos. Todos los padres tienen habilidades, cocinar, cocer, escribir creativamente, pedir y comparar presupuestos, elegir los zapatos blancos, etc. y el que los involucren en ese tipo de tareas los hará sentir complacidos y además los ayudará a ustedes a recortar gastos y perdida de tiempo.
- ¡Ojo!, tomá las decisiones en pareja, que no sea que por conformar a tu madre o no escuchar más a tu suegra insistente aceptes que tu tía Sarita haga un discurso de media hora o que baile hip hop tu primito Eitán de 5 añitos sin consultarlo con tu novio.
- No se puede complacer a todos. Aprendan a manejar con una salida simpática la decepción de los demás. Tu novio y vos, a esta altura de la vida son graduados de la universidad de dramatización de los padres.
- Una idea muy productiva es delegar en papás y suegros el brindis del civil, posiblemente a ustedes les sea indiferente el menú que seleccionen, el lugar en que se realice (mientras sea cerca del registro civil). Como broche de oro ofrézcanles cálidamente que inviten al civil a todos los conocidos que lamentablemente no podrán asistir a la fiesta central.
- Hay algo más, el té de lluvia es tu gran aliado. Poné a tu mamá a preparar el de tu suegra y viceversa. Además ellas deberán ocuparse de armar los listados de las invitadas, elegir vestuario para el evento, ir a la pelu… ¡tantas cosas!. ¡Ah! Que recuerden que todas deben llevarte un regalo útil para vos y que deben preparar MUCHAS sorpresas. Estarán chochas de tener su propio evento, especial (en definitiva se lo merecen).
Cuando sientas que el estrés te gana, imaginate entrando al Templo y esperándote tu amorcis en la Jupá, te aseguro que nada puede con esa hermosa imagen. Dale, respirá profundo y pensá que tus padres y suegros los aman y aunque a veces parezcan enemigos que les desaprueban todo, es porque quieren lo mejor para ustedes.
¡No padezcas los preparativos que ya son una parte importante de la boda!. En tu agenda recargada de eventos y pendientes, anotate lo más importante de todo: ¡Disfrutá el momento más esperado y feliz de tu vida!
Besitos,
La Kala.
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