Tips para disfrutar las pruebas de tu vestido soñado

¡Amiga! ¿Cómo va la preparación de tu casamiento?
Hoy te quiero hablar de una de las partes más lindas de los preparativos, al menos, de una de las que yo más disfruté. Desde que somos nenitas, el casamiento es casi sinónimo de ponernos el vestido blanco. Ese vestido no es una simple prenda, tiene una carga emocional enorme.

Cuando nos vemos al espejo, la primera vez, con un vestido blanco, nos termina de “caer la ficha”, ¡nos vamos a casar! Vos llorás, tu mamá y tu hermana lloran, ¡qué momento!

Te quiero dar algunos consejitos para que aproveches esas pruebas al máximo, no sólo para que tu vestido quede espléndido, sino para que disfrutes de esta especie de cuento de hadas… 

• Primero: tené en mente qué querés. Antes de la primera prueba, buscá en sitios web, como FiestaJudía.com, las webs de diseñadores que te gusten,  comprate revistas, y mirá modelos. Andá con recortes, bosquejos, impresos o una idea en la cabeza. Tu modista o diseñador te va decir si acertaste o si tenés que bajar a tierra porque te va a favorecer mejor un modelo distinto, o el mismo, pero modificándolo un poquito.

• Andá acompañada. Necesitás un segundo criterio al verte, y si  bien los diseñadores entienden más que nadie de esto, ellos no te conocen a vos, no saben qué vestido refleja tu personalidad. Andá con tu mamá, tu hermana, con tu mejor amiga… vos sabés quién va a ser tu mejor cómplice. Pedile que sea sincera, si le parece que te queda horrible, ¡que te lo diga!

• Cuidado con tu primera prueba. Ya te lo van a advertir y me lo dijeron a mí. En la primera prueba, te van a medir una “toile”, una confección preliminar que poco tiene que ver con tu vestido, sólo es para ver el corte y las medidas. Ni siquiera va a ser, seguramente, de la tela del vestido, no se va a ajustar a tu figura… ¡no te horrorices ni llores, ese no es tu vestido!

• Programá cada prueba para tener tiempo (y que el diseñador o modista también lo tengan). Que no te “despachen” ni vos te tengas que ir corriendo, tené tiempo de hacer preguntas, de mirarte al espejo embobada (¡permitite llorar, disfrutar!), de pedir consejos, en pruebas más avanzadas, sobre zapatos y peinado, etc.

• Hablando de zapatos y de peinado. Preguntá, desde el inicio, en qué pruebas vas a empezar a tener que tener los zapatos. Mejor usar los definitivos y no unos “con un taco similar, por eso, encargalos con tiempo. Seguramente, en la segunda o, como mucho, tercera, van a querer medir el ruedo. Con el peinado, tratá de moldear tu pelo, al menos, en forma casera, para ver cómo cuadra el estilo elegido con el escote.

• Registrá tus vivencias. Pedile a quienes te acompañen que te saquen fotos e, incluso, que te filmen. Hacé el backstage de tu vestido que, más adelante, vas a poder unir al backstage del momento en que te maquillaron. Este es un momento inolvidable en la vida de una mujer, ¿por qué no registrarlo? Incluyan también “bloopers” y momentos cómicos…  después de cada prueba, además, tómense un tiempito para tomar juntas un café y prolongar esa emoción tan linda que les va a quedar.

Viví estas pruebas con emoción, registrá cada experiencia  con cariño.  Sé que las últimas semanas, cuando tengas una prueba cada cuatro días, te va a dar algo de tedio, ¡pero después lo vas a extrañar!