Si pensamos en el atuendo que caracteriza a una novia, después del vestido, lo primero que se nos viene en mente es una larga cola, que cubre desde su pelo hasta varios metros por el suelo. Este elemento tradicional tiene diversos significados, según el momento y la región, ¿te interesa conocerlos? La cola comenzó a utilizarse en la época medieval. Según se relata, era frecuente que las novias fuesen raptadas el día de su boda. Por eso, la cola de la novia tenía un fin esencialmente práctico: ir barriendo sus huellas, para que no fuese perseguida.
Con los años, en la época Victoriana, la cola de novia se convirtió en un elemento que demostraba status. Las telas blancas nobles, como la gasa, la seda o el encaje eran excesivamente costosas, por lo tanto, caminar hacia el altar seguida de una cola de varios metros de esos géneros era un signo de riqueza.
Aún hoy, las novias de la realeza siguen usando colas muy largas, como la princesa Letizia, de España, cuyo impactante vestido tenía una cola de ¡cuatro metros y medio!
Actualmente, no todas las novias eligen utilizarla. Muchas mujeres, en especial quienes se casan en templos no ortodoxos, eligen llevar su cabeza descubierta. Algunas novias también consideran que la cola es un elemento incómodo.
Sin embargo, aquellas que elijan usarla se asegurarán dos cosas: continuar con una larga tradición… ¡y tener un aspecto majestuoso!
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