¿Son de aquellas parejas que están cansadas de ir a casamientos que parecen todos iguales? ¿Detestan el protocolo, el vals, las cintitas y todo aquello típico nupcial? La fiesta no es una ceremonia religiosa (¡incluso esta última tiene partes personalizables!), y cada tradición o costumbre, tranquilamente, puede romperse. En FiestaJudía.com, les pasamos algunos tips para que tengan una boda descontracturada, fuera de protocolo y, principalmente, ¡divertida!
Por empezar, cuestionen cada tradición. Elijan seguir aquellas que les gusten y desechen las que no deseen cumplir ¿Quién dijo que haya que bailar el vals, en vez de algún tema romántico? ¿Por qué la novia tiene que tirar su ramo? Incluso el vestido blanco es una mera costumbre (acá te explicamos por qué se usa), si querés vestirte de otro color, o cortar el blanco con un tono fuerte, ¿quién te lo impide? Y si hablan o critican… ¡es tu casamiento!
Muestren esa informalidad desde el principio. Si comienzan entregando invitaciones bien divertidas, desopilantes y a su estilo, los invitados ya sabrán que la boda no será una seguidilla de formalidades. Entregar una tarjeta con un texto formal, bien clásica, si después piensan hacer una boda descontracté, es un error: la fiesta debe ser coherente y seguir una línea desde el inicio.
Elijan un ámbito relajado. Si no les gustan las fiestas protocolares, menos aún van a querer mesas asignadas, centros de mesa, mantelería formal y todo aquello que a otras parejas les encanta… hoy, la mayoría de los salones permite reemplazar ese mobiliario por cómodos livings. También elegir un lugar al aire libre, o con espacios abiertos y cerrados, da un aire más informal a la fiesta. Una fiesta diurna, definitivamente, es más informal.
Quintas y estancias: Una excelente opcion. La locación que elijas, condicionará a los invitados al elegir tanto la vestimenta como en su actitud. Si querés salirte del protocolo, podés elegir quintas o estancias que sean bonitas (pero no lujosas) y según la época del año podés convertir a tu fiesta en una divertida kermesse al aire libre (consultá por el servicio de gazebos cerrados por si llueve o hace demasiado frío) y que el final de fiesta sea con todos los invitados sambullidos en la piscina. Obviamente invitá bajo la consigna de "cómodos se disfruta más" y que vengan todos con ropa informal y traje de baño. ¿Qué te parece?
Una entrada diferente. Piensen esto: la entrada romántica de los novios, después de un video con fotos de ellos desde chicos, con una música melosa… no pega en nada con el estilo de fiesta que ustedes quieren. Pueden entrar haciendo una coreografía con sus mejores amigos, con un truco de ilusionismo (existen magos que ofrecen este servicio), disfrazados o, simple y directamente, estar en la recepción, dejar que todo fluya y no tener “entrada triunfal”.
Incorporen elementos divertidos. La informalidad tiene que estar presente en algunos elementos (pueden resguardar, de todos modos, algunos momentos u objetos románticos), en los souvenirs, en los muñecos de torta (que pueden ser personajes animados, como Marge y Homero Simpson, los Pitufos u otra pareja de su infancia) ¡En el auto!... en el mercado hay taxis antiguos y hasta colectivos ingleses… muestren esa locura hermosa en cada momento, la gente jamás se va a olvidar de una boda así…
¿Qué tal un show de humor? En lugar de elegir un show musical o coreográfico, válganse del DJ (y de una buena tanda de música “bizarra”) y contraten a algún humorista o show de stand-up. Si están salteándose las tradiciones y quieren ser novios bien atípicos, ¿por qué no un humorista haciendo una rutina sobre el matrimonio, o sobre las bodas tradicionales, mientras todos disfrutan el postre? Si es bueno, la gente no va a parar de reírse…
El estilo de cada casamiento debe reflejar el estilo de cada pareja. No está mal ser tradicionalistas y hacer una boda como la de los demás, pero sí será una mala elección si no es eso lo que siempre soñaron, si no se van a sentir cómodos y si todas esas tradiciones los van a hacer sentir parte de una pantomima. En su gran día, tienen que sentirse ustedes mismos, y no “muñequitos de torta”.
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