La ceremonia de velas es uno de los momentos más emotivos en la fiesta de Bar o Bat Mitzvá. Es el espacio que cada chico tiene para homenajear a su familia y a sus amigos, recordar sus anécdotas y expresar sus sentimientos. Este ritual se realiza encendiendo una vela por cada año de vida del homenajeado. Por lo tanto, para una bat mitzvá serán 12 velas y para un bar mitzvá, 13. A esa cantidad, se le suma la llamada “vela testigo”, que enciende a las demás, y que se prende evocando a seres queridos fallecidos.
Cada una de las otras velas es encendida, junto con el homenajeado, por distintos familiares y amigos, que son llamados por él, dando un pequeño discurso sobre su relación con cada uno y, generalmente, con alguna música distintiva.
Esta tradición no tiene un origen ni un significado religioso. Es una costumbre relativamente moderna, introducida en los Estados Unidos y en Israel en la década del 50’. Hoy, en algunas fiestas, se adoptan distintas variantes, como entregar premios o dar un pequeño regalo a las personas elegidas.
La tradición de la ceremonia de velas fusiona dos conceptos centrales del bar o bat mitzvá. En primer lugar, se enciende una por año vivido, como en los cumpleaños, ya que lo que celebramos en un bar o bat es haber alcanzado la mayoría de edad para el judaísmo, el haber cumplido 12 o 13 años.
En segundo lugar, la acción de llamar a una persona a encender una vela es similar al homenaje otorgado cuando se le ofrece bendecir una aliá, una porción de lectura de la Torá. En ambos casos, la persona se acerca al homenajeado, ante el resto de los presentes y es distinguido con un honor especial. La diferencia es que, en la ceremonia de velas, el honor no tiene un significado religioso.
De esto se trata un momento tan dulce como la ceremonia de velas, de honrar a nuestros seres queridos, demostrarles lo que sentimos y, a su vez, recordar cada año vivido con luz.
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