¡Amiga! ¿Cómo van esos preparativos? ¿Ya se acerca el gran día o falta, todavía?
Quiero hablar con vos, esta vez, de un tema muy serio, que podría acarrear problemas de pareja si lo abordan mal. Un casamiento se planifica de a dos y se celebra de a dos. Nadie se casa consigo mismo.
Y si de decisiones conjuntas se trata, las más difíciles son las económicas ¿Cuánto gastamos en cada cosa? ¿Cómo lo decidimos? Aprender a ponernos de acuerdo, a veces cediendo, también, es una de las cosas que vamos a tener que incorporar para la vida de casados, y que vamos a ejercitar, seguro, en la preparación del casamiento.
Nadie dice que sea fácil… pero te doy algunos tips para que no sea tan complicado:
- Armen un presupuesto de antemano. Al empezar con los preparativos, establezcan cuánto dinero pueden invertir en total. Déjenlo por escrito y fijen, al menos aproximadamente, después de las primeras averiguaciones, cuánto destinarán a cada rubro.
- Gasten lo que realmente puedan. No se endeuden, eviten generar problemas para la vida de casados. Al elaborar el presupuesto, háganlo sobre la base de lo que ya tienen sobre seguro y no de lo que piensan que pueden llegar a ahorrar. Sean realistas.
- Sean proporcionados y jerarquicen. Cada gasto tiene que tener relación con los demás. Hay prioridades para establecer. Por ejemplo, si alquilaron un salón chiquito de $5000 y se fijaron mucho en los precios de catering, no sería acorde gastar $10000 en un show, sino que es mejor utilizar eso en estar más cómodos y en comer mejor.
- Comprendan los gustos y expectativas del otro. Él va a tener que entender tu visión femenina, para evitar decirte “¡tanta plata para que te maquillen!” Vos también entendé sus gustos, por ejemplo, si le fascinan los autos, dejalo que sea más selectivo con el que los llevará ese día tan especial.
- Balanceen. Si vos gastaste varios miles de pesos en tu vestido de novia, sería lo más injusto del mundo que le pidas que economice con su traje, salvo que él así lo considere. Si él se encaprichó en tener el mejor servicio de foto y video y, para vos, es más importante el show, busquen el equilibrio entre ambos, con presupuestos que les convengan para poder tener ambas cosas.
- No se manden solos. Típico femenino, hagamos un mea culpa. “Ay, vi estos centros de mesa que me encantaron y los encargué”, le avisás, cuando el hecho está consumado ¿Perdón? ¿No sabías siquiera si a él le gustaban y si le parecía bien el precio? Mucho peor cuando superamos el presupuesto que habíamos acordado “¡pero eran tan lindos!”
- No se reprochen cuestiones familiares. Puede pasarles (¡sucede muy seguido!) que una familia los ayude más que la otra. No se lo echen en cara, ustedes son personas adultas e individuales y no tienen la culpa de las actitudes de sus padres. Sepan separar los tantos.
- Y si todo parece fallar… y creen que se están encaprichando en gastos innecesarios, vuelvan al presupuesto inicial, ¡por eso te dije que lo escriban! Ahí van a poder ver cuánto habían decidido gastar en cada rubro, y analizar objetivamente si eso con lo que se encapricharon es realmente caro o, al contrario, si ese detalle que ahora les parece caro, estaba contemplado y pueden afrontarlo.
La planificación y el diálogo son la base para evitar discusiones y problemas de pareja por temas económicos. Analicen cada rubro en conjunto, tomando todas las decisiones de a dos y no van a tener mayores problemas.
¡Disfruten, no se estresen!
Besos y hasta la próxima,
Juju
¿Querés recibir asesoramiento personalizado GRATIS para tu fiesta?
¡Hacé Click Aquí!
|