En las bodas ortodoxas, apenas termina la ceremonia, los novios son llevados a una habitación para pasar un rato a solas. Esta tradición se denomina Yijud ¿Querés saber en qué consiste y por qué se hace? En primer lugar, expliquemos que el concepto de Yijud va más allá de un ritual nupcial. En la ortodoxia, entre las normas de modestia y que regulan las relaciones entre ambos sexos, está prohibido que un hombre y una mujer sin relación de parentesco o que no estén casados estén a solas. A este “encierro” a solas no permitido se lo denomina también Yijud.
Por lo tanto, al casarse, los novios obtienen el derecho a estar solos, a la intimidad. Pero, en este caso, se entiende la intimidad como el hecho de estar solos, como privacidad. Un mito dentro de la comunidad no ortodoxa es que durante el Yijud, entre la ceremonia y la fiesta, los novios “consuman” el matrimonio.
Esto no es así, como dijimos, es sólo un mito en la actualidad. Sin embargo, en las bodas de la época talmúdica, sí sucedía de esta forma: tenía lugar allí la primera relación sexual del matrimonio e, incluso, debía haber testigos que confirmaran que la pareja consumaba su unión (para evitar que fuese un matrimonio ficticio) y que la novia era virgen.
Al cambiar los tiempos, este ritual fue eliminado, y los novios tienen su noche de bodas después de la fiesta, al igual que las parejas no ortodoxas o de otras religiones. El Yijud, entonces, tiene hoy otra finalidad.
Los novios son acompañados hasta la habitación o sala del Yijud por sus padres. Una vez allí, cierran la puerta con llave y permanecen, como mínimo, según la Halajá (la Ley judía), ocho minutos. Y, ¿qué sucede dentro de esta habitación?
Al ingresar, hay una tradición típica de Jabad Lubavitch, que implica que los novios pisen una cuchara de plata con el pie derecho. Esto simboliza un deseo de riqueza y sustento durante su vida juntos.
Así como la novia da bendiciones a otras mujeres (tradición sobre la que podés leer acá), suele dar su bendición al novio. Generalmente, dice: “Que tengas una larga vida, y que estés unido a mí, por el amor, de aquí a la eternidad. Tenga yo el mérito de vivir con vos para siempre.”
El novio suele entregar regalos a la novia. Por lo general, le entrega un anillo de bodas más lujoso que el anillo ritual de casamiento (que, para la ortodoxia, debe ser simple). A su vez, como en la tradición ortodoxa (y en algunas comunidades conservadoras también), es costumbre que los novios ayunen desde la mañana hasta consumada la boda, comparten un pequeño refrigerio para romper ese ayuno.
Esta tradición es una oportunidad de, en medio de tanta gente saludando y de una fiesta por delante, poder pasar un tiempo tranquilos, a solas, y reflexionar sobre lo que se acaba de vivir. Un momento de “caer” en lo que sucedió y compartir emociones en forma privada.
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